Un tagline es un lema; esa frasecita que resume tu proyecto pero que también lo intenta vender. Suele ponerse en la portada, aunque no todos los libros tienen. Para que un tagline sea eficiente, debe tener de unas cinco a diez palabras. Por supuesto, si sabes reflejar la esencia de tu proyecto en tres palabras, mejor que mejor. Ya sabes lo que dicen: lo bueno, si breve, dos (o tres) veces bueno.
Las empresas (grandes, medianas y pequeñas) tienen taglines o eslóganes que sintetizan sus valores, aquello con lo que quieren que el público los asocie. Por ejemplo:
«Just do it» Nike – Indica actividad, eficiencia. Déjate de rollos, y simplemente hazlo. Así es la comunidad Nike. Van al grano. Son «doers».
«Think different» o «iThink, therefore iMac» Apple – Indica sensatez, inteligencia y originalidad. Si compras Apple, eres listo pero, además, especial; un crack, vaya.
«Always Coca-Cola» – Refleja prestigio, consistencia y lealtad: Coca-Cola siempre ha estado y estará ahí, con su deliciosa fórmula. Bebe Coca-Cola. ¿Para qué cambiar?
O pensemos, también, en la genial frase de DeBeers, usada por muchos (en películas, en canciones…) hasta el día de hoy: «Un diamante es para siempre» – Te recuerda que todo muere; las personas, las relaciones… ¡pero no los diamantes!
Simplemente, brillante.
Pero ¿cómo se escribe un tagline para una historia?
La clave está en captar la atención del lector o del espectador. En hacer que este quiera saber más sobre tu proyecto; en dejar al interlocutor con más ganas de ti.
Una buena manera de aprender a escribir taglines para tus propios libros es leer muchas portadas. Pregúntate si esa frase es atractiva, si consigue que te apetezca leer ese libro. Y, si acabas comprando la susodicha novela y leyéndola, relee esa frase de la portada cuando vayas por la mitad y, también, cuando hayas acabado de leerla. Si le encuentras nuevos significados, entonces, sabrás si se trata de un buen tagline.
Recuerda: un tagline debe ser simple, original y provocativo.
Ejemplos de taglines:
«Let the magic begin». 4 palabras.
«Harry Potter y la piedra filosofal», de J. K. Rowling
«¿Qué harías si te volvieses consciente en el mundo inconsciente?» 10 palabras.
«Sé consciente del mundo inconsciente». 5 palabras.
Ambas de la novela «Inconscientia», de Rocío Fuentes-Ortea
«Tú no la conoces. Pero ella a ti sí». 9 palabras.
Novela «The girl on the train», de Paula Hawkins.
«Se suponía que no debía haber sobrevivido al accidente. Pero lo hizo». 12 palabras.
«La adoración de Jenna Fox», de Mary Pearson.
«La realidad es cosa del pasado». 6 palabras.
De la película «Matrix».
«Su historia te tocará, aunque él no pueda hacerlo». 9 palabras.
Esta es de la película «Eduardo Manostijeras».
«En el espacio nadie puede oír tus gritos» 8 palabras.
De la película «Allien».
«Tenga miedo, mucho miedo». 4 palabras.
De la película «La Mosca».
Este último tagline puede parecer mediocre. Porque, es decir, ¿porque tú me lo digas voy a tener miedo? A mí no me gustó a primera vista. Pero esto se dijo en el diálogo de la película La Mosca (lo dijo Geena Davis), y, desde ese momento, en muchas películas de terror se utiliza.
¿Has escrito alguna vez un tagline? ¿Cuál es tu tagline favorito?
Se trata de la pregunta del millón, aunque tiene una respuesta sencilla. Depende. Y ¿de qué depende? Pues de según cómo se mire, todo depende. De acuerdo; bromas aparte, depende, fundamentalmente, del género que hayas escrito. Me explico.
Imagina que has escrito un libro de no ficción, sobre un tema híper específico: Por ejemplo, “El problema de la superpoblación de jabalíes en Asturias”. ¡Ey! No te duermas, que esto sólo es un ejemplo. Eres un experto en la materia y, además, has escrito el libro con un enfoque único. Tu solucionador es perfecto, y está claramente indicado en la Tag Line de la portada: “Qué hacer para deshacerse de estos molestos individuos”. Con este libro sabes que no tendrás problemas para encontrar a tu público objetivo: agricultores del Principado de Asturias, a los que los cerdos salvajes invaden durante todo el año, dejándoles sin frutas y verduras. ¡Serán cochinos! Además, has hecho un poco de research; te has documentado, y sabes que tu público objetivo son los mil agricultores que viven en Asturias.
En este caso, tu mejor baza será auto publicarte, ya que no necesitas de una casa editorial que se encargue de darle difusión a tu obra. Hoy día, los canales de “social media” pueden ayudarte a conseguir reunir a un buen número de personas interesadas en un tema en particular. En este ejemplo tan específico, probablemente, muchos agricultores no sean muy activos en Facebook o en Instagram, pero algunos estarán, y a los más tradicionales aún puedes encontrarlos a través de anuncios en los periódicos de la comarca, por ejemplo, o en la Televisión local. También puedes contactar con asociaciones y grupos de interés por e-mail o por carta. De cualquier modo, será sencillo dar con tu público objetivo, ya que tan sólo requiere algo de esfuerzo por tu parte, que centrarás en documentarte y encontrar a estos agricultores a los que les gustaría deshacerse de los horrendos jabalíes.
Cuando ya tengas a tu grupo de interesados reunidos (virtualmente), entonces, hazles saber que has escrito un libro único que va a solucionar sus problemas. ¡Véndelo! O aprende a venderlo, y luego, sí: ¡véndelo!
Lo bueno de auto publicarse, como todos sabemos, es que el 100% de las ventas del libro será para ti. Imagina que vendes tu libro a 10 euros. Si se lo has vendido a 1.000 personas, entonces habrás ganado 10.000 euros. Fácil, ¿verdad? Imagina si lo vendes a 20 euros. La cuestión es que ¿por qué ibas a acudir a una casa editorial para que venda un libro tan específico, y te deje con un 10% del PVP (Precio de Venta al Público)? No tendría ningún sentido. Porque esa editorial no le va a ofrecer más difusión que la que tú le vayas a dar; porque no necesitas una gran difusión para un libro tan específico, que sólo va a interesar en Asturias, y, en particular, a agricultores que quieren deshacerse de los cochinos jabalíes. A ellos puedes encontrarlos tú. A los jabalíes, no. Me refiero a tu público. De hecho, si vas con una editorial, ésta te va a pedir que los busques tú. Te lo aseguro.
Sin embargo, si lo que has escrito es ficción, entonces, eso ya es otro cantar. Deberías intentar venderlo a una casa editorial, porque ellas, además de publicarla en Amazon (como tú estabas pensando hacer), serán las únicas que puedan conseguir una mayor propagación de tu obra (en otras plataformas). Por ejemplo, en La Casa del Libro, El Corte Inglés, en librerías, etcétera. Porque, seamos honestos, si esperas tener ganancias vendiendo sólo a tu familia y a tus cuatro amigos, vas listo. Necesitas encontrar a tu público; a aquellas personas que vayan a lanzarse a comprar tu libro, porque el género o el tema les interesa.
Es cierto que ceder tus derechos de publicación a una casa editorial da una rabia terrible, porque, hoy día, es complicado encontrar una editorial que vaya a darte un Advance por tu libro (dinero de antemano). Lo que ahora hacen las editoriales más humildes que han decidido confiar en autores noveles es producir (sin excesivos medios) el libro, y publicarlo, sin más. Producen una tirada pequeña (de unos 200 ejemplares), y esperan a que se venda una cantidad determinada de ellos, o una cantidad específica de dinero, para transferir las royalties al autor.
Si esa tirada se agota, es entonces cuando lanzan otra tirada de otros 200 ejemplares. Y eso explica cuando lees a esos autores que han publicado su primer libro hace tan sólo unos meses o un año y ya están gritando a los cuatro vientos: ¡Ya hemos agotado la primera edición! ¡Vamos a por la segunda! A ver, no me malinterpretéis. Eso está genial. Pero, cuando eres un aspirante a escritor y oyes/lees eso, te mueres de la envidia y te preguntas: Pero ¿es que ha vendido su alma al diablo? Ten en cuenta eso; que no es tan complicado agotar tu primera edición.
Ojo, que tampoco digo que sea lo más sencillo del mundo, o que en todas las editoriales hagan una tirada de 200. Pero no serán muchos los ejemplares de la primera tirada, y, entre tus familiares y amigos, si te pones pesado, no es tan milagroso agotar esa primera edición. Necesitaba que supieras eso. A mí me hizo sentir mejor el saberlo; no te voy a engañar.
La cruda realidad es que ir con una editorial es la única manera de que haya posibilidades de hacer llegar tu obra a gente que no te conoce, e incluso a otros países de habla hispana. Porque bendito sea el español, el idioma en el que escribimos, que es hablado por tantas y tantas personas. ¡Qué afortunados somos! ¡Tenemos el mejor idioma del mundo!
Así que, tratando de responder a la pregunta formulada al principio de este post, la respuesta es: si no es ficción lo que quieres publicar, quizá sea mejor guisártelo y comértelo tú mismo en cuanto tengas a un grupo decente de seguidores. Si, en cambio, has escrito un manuscrito de ficción, entonces, no seas vago o miedica e inténtalo con una editorial. ¿Qué tienes que perder? Como suele decirse, el “no” ya lo tienes, pero ¿por qué no te das una oportunidad? ¿Por miedo al rechazo?
El mandar un libro a editoriales es como la vida: A unos no les gustarás, pero a otros, sí. Todos sabemos que, hoy día, casi hay más escritores que lectores. Así que no te tomes una negativa como algo personal. Puede ser que a esa editorial no le vaya ese género, o que en ese momento no quiera publicar ese tema porque acaban de publicar un libro similar y no ha dado los frutos que esperaba. O, simplemente, quizá ese día el que te leyó no estaba muy receptivo. Y no nos olvidemos de lo subjetivas que pueden ser las personas en lo tocante a gustos.
Acuérdate de que J.K Rowling fue rechazada en un sinfín de ocasiones, y, sólo gracias a una niña pequeña, que ofreció a su padre, el editor, una reseña (hablada) extraordinaria, se publicó su obra maestra. El rechazo no quiere decir que tu novela sea mala; simplemente, que no va con esa persona en particular, o con esa editorial en concreto. Pero ¿quién ha dicho que tu libro sea malo? Si te dicen que no, a otra cosa, mariposa. ¡Y nada de lloros, porque son ellos los que pierden! Imagina cómo se sienten aún todas esas editoriales que rechazaron la historia de Harry Potter. Se sienten como el pompis (seamos finos).
Deja de enrollarte. ¿A qué editorial mando mi libro, entonces?
Compra una libreta mona. Sí, sí, como lo oyes; nada de “cutreces”. La necesitarás, primero, para apuntar tu plan de cómo vas a tratar de vender tu manuscrito a las editoriales, y, después, para escribir el plan de marketing para tu libro. Sí o sí, necesitas una libreta con estándares, para apuntar todas estas cositas. Te mereces una libreta de escritor. Yo tengo una grande, con separadores, porque prefiero ver las cosas con claridad.
En cuanto la tengas, empieza a hacer una lista con las editoriales más grandes. No te cortes. Nunca se sabe si van a amar tu libro. Todo puede pasar. Puede que se trate de un libro maravilloso. Sin embargo, si no te contestan o te dan una negativa, tampoco te vengas abajo, porque estas grandes editoriales (Planeta y todos sus sellos, como Seix Barral o Minotauro; Anagrama; Penguin Random House y sus conocidos sellos, como Alfaguara o Fantascy, y un largo etcétera), todas estas súper editoriales, con muy pocas excepciones, tratan directamente con agentes literarios y con contactos.
Las grandes editoriales también suelen poner trabas del tipo de: “sólo puedes mandar una copia impresa de tu libro, encuadernado y en papel de seda dorada”. Bueno, eso último es una hipérbole. Pero casi todas ellas piden un ejemplar del manuscrito impreso. Y, realmente, a día de hoy, especialmente en este año de la asquerosa pandemia, seguir pidiendo un manuscrito en formato físico, con todos sus microbios, me parece interesante, por no llamarlo deleznable, ya que es una clara indicación de que estas súper mega editoriales no leen lo que se les envía. Vamos, ahora que nos desinfectamos hasta el carné de identidad, ¿cómo íbamos a tocar un montón de papeles que nos llegan de sabe Dios dónde, cuando podrían estar manoseados por sabe Dios quién? Que estas grandes editoriales leen lo que se les envía, no se lo traga nadie. En realidad, pedir que mandes tu manuscrito impreso es un filtro que ponen para tener menos trabajo (menos manuscritos que rechazar).
De todos modos, quizá te apetezca probar suerte mandando tu novela a estas súper editoriales, porque, de cualquier manera, quieres intentarlo (y me parece maravilloso, te lo aseguro, ya que en esta vida, hay que pisar fuerte cuando se trata de perseguir nuestros sueños), o tal vez te parezca más racional probar suerte mandando tu novela a una lista de agentes literarios, de los que hablaremos en otro post.
Tras enviar tu manuscrito a las grandes editoriales, que suelen tardar de dos a seis meses en contestar, si es que contestan, sigue apuntando en tu libreta los nombres de editoriales algo más pequeñas, que suelen al menos contestar antes y de forma positiva en algunas ocasiones. Pero mi recomendación es ésa: empezar por las más grandes, porque tardan más, y porque, imagina que empiezas por las pequeñas, una te dice que sí, y, tras cuatro meses, te contesta una editorial grande aceptando publicar tu obra cuando ya has firmado tu contrato con la pequeña.
¿No sería terrible? Tremendamente irritante, por lo menos. Empieza por lo más alto, hazme caso. Tampoco es que, nada más mandar tu manuscrito a las editoriales grandes, tengas que esperar seis meses de brazos cruzados. Esta actividad la puedes combinar con el envío de tu manuscrito a agentes literarios (también, a tus favoritos; a los que hayas escuchado que son mejores. Ponlos al comienzo de tu lista).
Pongamos que las editoriales grandes no te han hecho ni caso. Peor para ellas. Algún día se arrepentirán. Pero que no decaiga la fiesta. Todavía tienes todas esas editoriales medianas o pequeñas, que, a pesar de ser más humildes, son tradicionales; es decir, siguen el modelo de publicación tradicional, en el que, como hemos hablado, el escritor cede los derechos de publicación sobre la obra, y recibe royalties de entre un 6% y un 12% del PVP (asegúrate de que es Precio de Venta al Público y no Precio de Venta al Distribuidor o similares).
Otras editoriales a las que llamaremos indeseables (y que no son pocas), te pedirán dinero por publicar. Sí, como lo oyes. A tu cara. Bueno, tanto no; por e-mail o por teléfono, las más descaradas. Algunas casas editoriales lo anuncian a los cuatro vientos y en letra grande, tipo Caligrama, del grupo Penguin Random House, que, por una ingente cantidad, te publica el libro (dependiendo de lo que pagues, te darán menos o más servicios). Planeta también tiene un sello dedicado a sacar dinero de los pobres autores. Se llama Universo de Letras, y ofrece unos cinco packs editoriales, siendo el más caro el Pack Best Seller, que te costará 4.399 euros. Casi nada. Saben latín. Y griego, además.
De todos modos, hay algunas pequeñas editoriales que tienen el morro, permítaseme el coloquialismo, de explicarte que ellas son editoriales tradicionales, pero que tú te has de encargar de adquirir un número determinado de copias (que suele ir desde 50 hasta 200).
Estas editoriales, además de cobrarte, para que te publiquen el libro (como Universo de Letras y Caligrama), te darán sólo el 10% del PVP de los ejemplares que vendas. Por eso, la pregunta que debes hacerte es: ¿Por qué carajo iba entonces a publicar con ellas?
Es decir, ¿por qué no gastas ese dinero en producir tú mismo el libro y lo vendes en Amazon y en tu web y te llevas el 100% de las ganancias? De acuerdo, hay escritores que únicamente quieren escribir; eso lo entiendo, pero, por mucho que no nos guste la edición, la maquetación, el diseño de portadas, o el marketing, no podemos dejar que nos tomen el pelo. Si vas a gastar dinero en adquirir esas copias a precio de millón (porque estas editoriales te piden unos 20 euros por copia), entonces, ¿por qué no contratas a profesionales por tu cuenta? Quizá seas la bomba con la gramática, o se te dé bien maquetar, y sólo tengas que pagar los servicios de un diseñador. Pero es que, aunque tuvieses que contratar a un editor, un maquetador y un diseñador, déjame decirte que yo preferiría pagarles a ellos, y hacer todo por mi cuenta, antes que pagar a estas pseudo-editoriales (añadamos: “de pacotilla”), y que, además, luego te quiten el 90% de su PVP por cada ejemplar que vendan. Que, en realidad, vas a vender tú. Porque algo que debes tener muy claro es que, hoy día, serás tú quien promocione tu libro. Porque, incluso el gran Pérez-Reverte tiene que promocionar su libro, así que, en lugar de ir con estas editoriales de dudosa moralidad, publica tu libro tú mismo.
Lo sé, lo sé. El hecho de poder decir que es que la editorial X te ha publicado suena fabuloso. Pero, realmente, no tiene sentido. Si decides hacer eso, estarás anteponiendo tu ego y perdiendo tu dinero. Además, te estarás engañando a ti mismo. ¿Realmente estás orgulloso de que esas editoriales hayan publicado tu libro? Esas editoriales dicen que sí en el 99% de los manuscritos que se les manda. Es tu decisión, por supuesto.
Estas pseudo-editoriales que ofrecen esta práctica, que tienen el descaro de llamarla Co-edición, son, entre otras, Adarve, Ediciones Europa, El grupo editorial Caudal (Lacre es un sello de este grupoque hace esto)… En fin, hay unas cuantas.
Diles NO. ¡No caigas en su trampa! Amazon te dará muchos más beneficios, y ese dinero que te ahorraste (que no les pagaste a ellos), puedes emplearlo en:
-Crear tu página web como escritor
-Pagar a un editor
-Pagar a un maquetador
-Pagar a un diseñador
-Comprarte un buen libro de Marketing
-Poner un anuncio en Amazon
-Poner un anuncio en Facebook
Aquí tienes un listado completo de las editoriales españolas:
Entra en cada una de ellas e investiga qué es lo que están buscando, porque no todas van a aceptar el género que hayas escrito. ¡No mandes una aventura romántica a una editorial que publique novela histórica!
A ver, puedes enviar tu manuscrito igualmente, nadie te lo impide, pero perderás tu tiempo y se lo harás perder a los demás.
Un truco típico para crear la lista de editoriales a las que mandarás tu manuscrito es acudir a una librería, e ir a la sección en donde colocan los libros del género que has escrito. Lleva papel y boli, y comienza a tomar notas, ¡aunque te tomen por un loco!
Y ahora, ¡ponte manos a la obra con esa lista! ¡Ya estás tardando!
Writing a book is not an easy task, but it is not impossible either. If you are reading this, it could be because you want to write a book and you don’t know-how. Maybe this idea has been around your head forever, or maybe you have recently realised that you have something to tell the world. You might just want to make your little mark on history. Either way, right now, in this post, it doesn’t matter the reason.
But why haven’t you written that book yet?
It is because of fear; the great enemy of humans. Fear of achieving your dreams, of failure, or even just plain fear of success.
For many people, writing a book is a distant dream, which they keep in a corner of their soul, covered in dust because they believe that way they are kept safe and protected inside, and with it, a flame of hope that makes them feel alive.
Having dreams is a very beautiful thing. It is what gives meaning to our life. And if your biggest dream is to write a book, it’s no wonder you’re scared to do it once and for all, because what will happen next? I will no longer have dreams! Well, let me tell you, you shouldn’t be so dramatic. Dreams have an incredible capacity for adaptation. If your dream is to write a book and you achieve this, then your dream will become to publish it. If then you manage to publish it, then your dream will be modified and it will be, for example, to sell your book. If you are managing to sell your book to a lot of people, then why not jump in and write another one? Your head is full of stories and endless possibilities. But the fear of running out of dreams might be making you procrastinate.
Of course, sometimes, what scares us is facing reality, and if we finally get to write that book that we long to write, that will mean that we will have to start sending it to publishers, and, probably, we will suffer rejections. And who wants to feel rejected? Well, nobody, of course. But, «do not eat the pig before killing it.» You do not know what is going to happen in this life. Your book will be rejected by some publishers, perhaps many, but maybe the day will come when a publisher likes your story and decides to publish it.
There are always publishers that support new authors. You’re probably not going to receive any Advance, but trust me; it can happen. It is very likely that your book will be published someday. Especially, if you have confidence in yourself. Of course, having a good book helps. Because if you are afraid of failure, it is usually because you are also afraid that what you have written is mediocre. But the good thing is that there is a solution for that; you just have to learn how to write properly. It may take more or less time and determination, but writing can be learned. In fact, no one was born knowing how to write. Not even Shakespeare.
But let’s talk now about the last type of fear; perhaps the strangest. Sometimes, what causes terrible fear is the possibility of success. And, as if that were not enough, we are also ashamed. It seems like sovereign bullshit, but this happens more than you think. Someone, back in our childhood (a teacher, a family member, a supposed friend, or the undesirable one), made us think that we were never going to be successful. That we didn’t deserve it. That, if we wanted to win something, it could only happen if we paid for it. And then the fear of success enters our brain. Because they have led us to believe that it is forbidden fruit for us. That others deserve it more than you. I can never help but think that those people who are successful are, because they work, yes, of course; but I really believe that it also is because since they were little, their family, their teachers and their friends always believed in them. They encouraged them to get up when they fell and congratulated them on all their successes; even by the most insignificant one.
Others, sadly, were not so lucky, and still, they believe to this day that they do not deserve to be successful.
But let me tell you here and now that you do deserve it. You deserve to write your book, publish it and sell it. Because you have a wonderful story to tell; a story dying to be told everyone and loudly. So, first of all, free yourself from fear, because with it by your side, you can start forgetting to create anything. Because that is precisely why you haven’t written your book yet. You are terribly afraid.