¿Cuántas veces te han preguntado de qué va tu libro y tú te empiezas a enrollar? ¡Culpable! Porque, para ti, tu libro es una maravilla, ¡y toca tantos temas! ¿Cómo voy yo a poder explicar en una frase de qué va mi libro? ¡Eso es inaudito! ¡Un absurdo! ¡Déjame en paz!
Pues no; no te voy a dejar en paz, y déjame decirte que más te vale aprender a hacerlo pronto, porque una editorial o un agente literario a los que les hayas enviado tu manuscrito no te van a prestar más que un minuto de su tiempo para ver si tu historia merece la pena. Y siempre van a empezar por el tagline y por el logline. De acuerdo, explícame qué es eso. Soy todo oídos.
En ocasiones, se confunde este término con el elevator pitch. Pero no es lo mismo. Lee aquí qué es un elevator pitch.
Para un escritor, el logline es un breve resumen (escrito) de su obra, de unas treinta palabras más o menos (una o dos frases). Tiene que contar de qué va la historia, de forma general, pero atrayendo; captando el interés del lector; haciendo que este se decida a abrir tu libro. Normalmente, el logline es escrito por otros, como el tagline; no por el autor. Lo que ocurre es que, hoy día, si una editorial pequeña ha publicado tu libro, te verás a ti mismo escribiendo el logline, el tagline y lo que haga falta. Te lo aseguro.
Además, te vendrá bien escribir uno para tu novela, pero, también, aprendértelo de memoria. Sí, como lo oyes. Porque siempre habrá alguien que te pregunte «de qué va tu novela», y si tú contestas: «Es que va de muchas cosas», la imagen, la respuesta que estás dando es: «No tengo ni idea de qué va mi libro». Normalmente, si alguien te pregunta de qué va tu novela, deberías utilizar el elevator pitch, pero el logline es incluso más conciso, y a veces la gente pregunta por preguntar, así que te conviene aprenderte también tu logline.
La cuestión es que, para saber vender, hay que tener toda la información y saber comunicarla.
Veamos estos ejemplos de loglines:
Logline: A pesar de sus problemas de memoria, una alcohólica trata de ayudar a la policía a resolver el misterio de una mujer desaparecida, por cuya casa pasa a diario cuando toma el tren. 33 palabras.
«The girl on the train», de Paula Hawkins.
Héroe: una alcohólica.
Gancho: La protagonista es una alcóholica que va a ejercer como detective.
Conflicto: Una mujer ha desaparecido y ella ha visto cosas extrañas desde el tren.
Género:thriller, misterio, suspense.
Logline: «Un niño huérfano y algo extraño descubre que tiene poderes mágicos cuando le reclutan para una escuela para magos y brujas. Allí tendrá que demostrar su valor cuando el mago más malvado de todos los tiempos se propone destruirlo». 39 palabras.
«Harry Potter», de J. K. Rowling
Héroe: un niño huérfano y algo extraño.
Gancho: El protagonista tiene poderes mágicos y le han reclutado para una escuela de magos y brujas.
Conflicto: El mago más malvado de todos los tiempos se ha propuesto acabar con él.
Género: Fantasía, juvenil.
Logline: «Un intento de asesinato llevará a una miedosa joven al inquietante mundo inconsciente, en donde logra volverse consciente y descubrir qué significan sus premonitorias pesadillas, a pesar de que unos ángeles parecen querer acabar con ella». 36 palabras.
«Inconscientia», de Rocío Fuentes-Ortea.
Héroe: Una joven miedosa.
Gancho: La protagonista se vuelve consciente en el mundo inconsciente.
Conflicto: Unos ángeles parecen querer acabar con ella.
Género: Ficción, Fantasía.
¿Qué elementos debe tener un buen logline?
Debe mencionar al protagonista, pero no con nombre, porque eso no importa ahora mismo. Debemos usar, en su lugar, un adjetivo que resulte atractivo. ¿Qué hace interesante a ese personaje? Piensa en una cualidad que tenga que ver con la trama.
En el ejemplo de «Inconscientia», la joven Vera es miedosa, y un intento de asesinato ha hecho que aparezca en un mundo en donde todo está oscuro y en donde hay inquietantes almas vagando.
Trata de mostrar el objetivo del protagonista. En este caso, Vera llega al mundo inconsciente sin saber cómo (por la fuerza), y allí intenta volverse consciente, algo que resulta una hazaña en sí misma, ya que todos sabemos que en el mundo inconsciente ¡nadie lo está! Allí, la joven intenta descubrir qué significan sus extraños sueños.
Piensa si puedes también mencionar al antagonista; al malo de la historia.
El logline debería mostrarnos acción.
Si el libro es de ciencia ficción, habrá que explicar brevemente el contexto; la particularidad que ese mundo tiene. En el ejemplo mencionado, se dice: «inquietante mundo inconsciente, en donde logra volverse consciente». Aquí entendemos que en este mundo nadie o pocos son conscientes.
Por supuesto, no desveles el final de la historia. Hay que venderla, y si me cuentas el final, ¿para qué voy a leerla?
Todas las palabras que utilices deberán ser relevantes. Si puedes quitar algo que no dice nada, quítalo.
Un ejercicio que me encanta practicar es leer los pequeños loglines de las películas de Netflix. Sobre todo, me gusta releerlos cuando he terminado la película. Algunos son brillantes; otros son mejorables. Y, cuando menos te lo esperes, estarás haciendo tus propios loglines de las películas y libros que hayas leído.
Un tagline es un lema; esa frasecita que resume tu proyecto pero que también lo intenta vender. Suele ponerse en la portada, aunque no todos los libros tienen. Para que un tagline sea eficiente, debe tener de unas cinco a diez palabras. Por supuesto, si sabes reflejar la esencia de tu proyecto en tres palabras, mejor que mejor. Ya sabes lo que dicen: lo bueno, si breve, dos (o tres) veces bueno.
Las empresas (grandes, medianas y pequeñas) tienen taglines o eslóganes que sintetizan sus valores, aquello con lo que quieren que el público los asocie. Por ejemplo:
«Just do it» Nike – Indica actividad, eficiencia. Déjate de rollos, y simplemente hazlo. Así es la comunidad Nike. Van al grano. Son «doers».
«Think different» o «iThink, therefore iMac» Apple – Indica sensatez, inteligencia y originalidad. Si compras Apple, eres listo pero, además, especial; un crack, vaya.
«Always Coca-Cola» – Refleja prestigio, consistencia y lealtad: Coca-Cola siempre ha estado y estará ahí, con su deliciosa fórmula. Bebe Coca-Cola. ¿Para qué cambiar?
O pensemos, también, en la genial frase de DeBeers, usada por muchos (en películas, en canciones…) hasta el día de hoy: «Un diamante es para siempre» – Te recuerda que todo muere; las personas, las relaciones… ¡pero no los diamantes!
Simplemente, brillante.
Pero ¿cómo se escribe un tagline para una historia?
La clave está en captar la atención del lector o del espectador. En hacer que este quiera saber más sobre tu proyecto; en dejar al interlocutor con más ganas de ti.
Una buena manera de aprender a escribir taglines para tus propios libros es leer muchas portadas. Pregúntate si esa frase es atractiva, si consigue que te apetezca leer ese libro. Y, si acabas comprando la susodicha novela y leyéndola, relee esa frase de la portada cuando vayas por la mitad y, también, cuando hayas acabado de leerla. Si le encuentras nuevos significados, entonces, sabrás si se trata de un buen tagline.
Recuerda: un tagline debe ser simple, original y provocativo.
Ejemplos de taglines:
«Let the magic begin». 4 palabras.
«Harry Potter y la piedra filosofal», de J. K. Rowling
«¿Qué harías si te volvieses consciente en el mundo inconsciente?» 10 palabras.
«Sé consciente del mundo inconsciente». 5 palabras.
Ambas de la novela «Inconscientia», de Rocío Fuentes-Ortea
«Tú no la conoces. Pero ella a ti sí». 9 palabras.
Novela «The girl on the train», de Paula Hawkins.
«Se suponía que no debía haber sobrevivido al accidente. Pero lo hizo». 12 palabras.
«La adoración de Jenna Fox», de Mary Pearson.
«La realidad es cosa del pasado». 6 palabras.
De la película «Matrix».
«Su historia te tocará, aunque él no pueda hacerlo». 9 palabras.
Esta es de la película «Eduardo Manostijeras».
«En el espacio nadie puede oír tus gritos» 8 palabras.
De la película «Allien».
«Tenga miedo, mucho miedo». 4 palabras.
De la película «La Mosca».
Este último tagline puede parecer mediocre. Porque, es decir, ¿porque tú me lo digas voy a tener miedo? A mí no me gustó a primera vista. Pero esto se dijo en el diálogo de la película La Mosca (lo dijo Geena Davis), y, desde ese momento, en muchas películas de terror se utiliza.
¿Has escrito alguna vez un tagline? ¿Cuál es tu tagline favorito?
Elevator pitch significa literalmente: «presentación de ascensor». Se llama de esta manera, porque es una presentación muy breve que se hace en el mundo profesional. En un ascensor la gente solo está durante unos segundos (a no ser que este se haya estropeado). La expresión viene de tiempos remotos en Hollywood; de cuando los guionistas se metían en los ascensores, cuando los productores estaban ya dentro, y, con destreza, aprovechaban para presentarles sus historias, para las que querían inversión.
Si te encontrases con un profesional interesante en un ascensor y tan solo tuvieras unos segundos para causarle una buena impresión, ¿qué le dirías?
Si eres un ejecutivo, y quieres aprender a hacer un elevator pitch, ¿qué deberías contar sobre ti?
Imagina que te encuentras a una persona potencialmente interesante, y esta te pregunta «¿A qué te dedicas?» Si contestas que «tú haces muchas cosas», darás una imagen de ti mismo vaga e imprecisa.
Porque si divagas a la hora de hablar de ti y de lo que haces darás la sensación de que en tu trabajo también mariposeas. El interlocutor pensará que no estás especializado en nada; que no eres un experto en ninguna disciplina, y que ni siquiera estás seguro de ti mismo.
¿Cómo ha de ser el elevator pitch de un ejecutivo?
Lo ideal es que lo hagas en unos quince a veinte segundos.
1. Di dónde has trabajado (si es relevante),
2. Dónde trabajas ahora,
3. Y adónde quieres ir profesionalmente.
En esta presentación de ascensor, en esta introducción flash, después de dar una breve aunque relevante información sobre ti (quién eres como profesional), trata de encontrar una oportunidad para ayudar a esa persona. Pregúntales algo tú a ellos, trata de hacer una conexión. Muestra interés. Cuanto más sepas sobre esa persona, mejor podrás usar esa información para tu propio beneficio. No le preguntes si en su empresa están contratando, porque harás que se ponga a la defensiva. Simplemente, trata de hacer una conexión con esa persona.
¿Conoces una web o un libro que le pueda interesar? ¿Tenéis una afición en común? ¿Habéis trabajado para la misma compañía? Sé memorable para tu interlocutor.
Ten en cuenta que el objetivo no es conseguir algo ahora, sino establecer una conexión para el futuro. Es sembrar para recoger, quizá, más tarde.
Ejemplo: «Me dedico a…; ahora mismo hago esto…, que lo disfruto muchísimo, aunque en unos años me veo más en roles ejecutivos».
Aquí, en estos breves instantes, no se suele hablar de educación, porque el interlocutor puede pensar que aún estás estudiando o que no tienes nada más interesante que decir sobre tu trabajo. Por supuesto, si eres estudiante, esa es la información que vas a dar, pero si ya eres un profesional, no menciones qué has estudiado o dónde lo has hecho. Si la conversación fluye, se extiende, el tema de dónde has estudiado saldrá más tarde. El objetivo es conectar y no aburrir a esa persona. ¡Solo tienes unos segundos!
Sé breve
Conciso
Seguro, pero no arrogante
Original, aunque sin pasarte
Sé diferente a los demás, para ser memorable.
¿Y tú, escritor? ¿Cómo harías tu elevator pitch?
Si estuviésemos hablando de un libro, se trataría de un párrafo (de tres a siete frases), no demasiado formal, en donde se mencionaría al héroe de la historia, el gancho, el conflicto y el género. Es muy común, hoy día, comparar tu historia con otra, e incluso hacer una mezcla entre dos. Por ejemplo, las novelas de la saga «Bridgerton», de Julia Quinn, es «Jane Austen/Orgullo y Prejuicio meets (conoce) Gossip Girl».
Cuando termines de escribir tu elevator pitch, léelo en alto y ensaya; repítelo tantas veces como haga falta.
Ejemplo real de elevator pitch para una novela: «52 reasons to hate my father», de Jessica Brody.
Mi ultimo libro es una comedia llamada «52 razones para odiar a mi padre», que trata sobre una adolescente consentida, heredera de una gran fortuna. Pero esta siempre se mete en problemas y aparece en las revistas del corazón por sus excesos. El día de su dieciocho cumpleaños, en lugar del dinero que esperaba recibir, su padre le pone una condición para recibirlo: tendrá que hacer un trabajo distinto cada semana por un año. Eso son 52 trabajos diferentes (así, trabaja de limpiadora, recoge basura, etc). Además, su padre contrata a un interno para que la vigile y se asegure de que cumple el trato.
Este elevator pitch funciona, porque responde a las cuatro cuestiones mencionadas.
Héroe: Una adolescente consentida.
Gancho: La chica es arrogante y cree que va a recibir un montón de dinero por su cara bonita, pero le sale el tiro por la culata. Queremos verla sufrir. Queremos que las cosas se le pongan difíciles y aprenda. Si quiere recibir ese dinero tiene que hacer un trabajo distinto cada semana, por un año.
Conflicto: El antagonista; el interno que su padre contrata, que no la deja en paz.
Género: Comedia romántica
Otro ejemplo real de elevator pitch: «Inconscientia», de Rocío Fuentes-Ortea.
«Inconscientia» es una novela de ficción con elementos de fantasía cuya protagonista es una joven a quien le atemorizan incluso sus pesadillas, que parecen ser premonitorias. Un día se despierta, sin saber cómo, en el inquietante mundo inconsciente, en donde parece no haber nada; hasta que se da cuenta de que en ese mundo hay muchas más almas que en este, y de que la realidad la creamos nosotros. En su camino hará amistad con un joven y con extraños seres, pero deberá tener cuidado porque unos ángeles parecen querer hacerse con su alma. Sin embargo, el mundo consciente no parece mucho más seguro que el inconsciente, porque está claro que allí alguien ha querido acabar con ella.
Héroe: Una joven miedosa.
Gancho: Volverse consciente en el mundo inconsciente (¡nadie nunca se vuelve consciente allí!). ¿Cómo es ese mundo? ¡Quiero saberlo!
Conflicto: Hay unos ángeles que parecen querer hacerle daño. Sin embargo, el mundo consciente no parece mucho más seguro que el inconsciente (en el mundo consciente alguien la ha dejado inconsciente).
Género: Ficción / Fantasía
¿Has tenido que hacer alguna vez un elevator pitch? ¡Cuéntanos!
Reseña del libro “Inconscientia”, de Rocío Fuentes-Ortea
Si tuviéramos que hacer un concurso de sueños locos creo que, si no ganara, estaría dentro del top tres sin duda. De hecho, hubo una temporada en la que anotaba en una libreta los sueños más raros que tenía. No sé por qué dejé de hacerlo, porque la verdad es que es bastante divertido volver a ellos. Además, todos los sueños tienen algo de premonición, ¿no os parece?
No sé qué ocurre en nuestro inconsciente cuando soñamos, no sé muy bien a dónde vamos y qué quieren decirnos a veces nuestros propios sueños, pero sí sé que ese estado, en el que no estamos ni aquí ni allá y nuestra mente vaga libre es todo un misterio que no deja de fascinarme. Lo mismo le ocurre a Rocío Fuentes-Ortea, la autora del libro que hoy os presento. Y es que, para ella, ese lugar en el que estamos “a medias”, en el que somos libres y nuestros pensamientos nos guían tiene un nombre: Inconscientia.
Aquel mundo, que ha existido desde antes del principio de los tiempos es, para Rocío, una realidad en apariencia sin control. Un lugar en el que, casi siempre de noche, los que por allí vagan solo pueden ver con los ojos del alma. Entes casi transparentes que se trasladan de un lado para otro, intentando hallar una explicación a por qué se encuentra allí. Un lugar donde la fantasía no tiene límites y donde todos, algún día, nos encontraremos. ¿Os apetece saber más sobre Inconscientia? Dejad que Verita os acompañe.
Una mañana, Verita amanece más confusa de lo habitual. Mientras dormía, tres sueños se fueron sucediendo. Tres sueños confusos que, sin ella saberlo, serán una suerte de premonición. Sin dudarlo, la niña les cuenta los sueños a sus padres, aunque estos no hagan demasiado caso a las fantasías de la niña. Cada uno tiene sus propias preocupaciones. Su padre, José Antonio Van Vlieck, es un político bastante popular en su país; y su madre, Elisa, una abogada matrimonialista que siempre anda sumergida en libros de leyes y en las tareas del hogar. Sus padres apenas tienen tiempo para dedicarle a la niña.
Para Verita, Marcela, su abuela paterna, es como una madre, pero desde hace un tiempo, Marcela está menos habladora de lo habitual y está empezando a olvidar muchas cosas. Para la niña, visitar a su abuela es el momento más especial. Cuando su abuela le regala un objeto tallado en oro llamado el Brujloj, una brújula-reloj, esta le recomienda que lo guarde bajo llave, ya que es un objeto muy valioso que ha estado en su familia durante generaciones. Un objeto peculiar que esconde su propio secreto.
Con la promesa de no dejar nunca de soñar ni de imaginar, Verita escucha a su abuela, quien le habla de Inconscientia, ese lugar donde están los que duermen, los que no han nacido y los que se han ido. Un mundo secreto que no se ve, pero al que se viaja todos los días, a todas horas, sin saberlo. Un mundo en el que Verita, sin saber bien cómo, despierta un día. El sueño más real de todos los que había tenido hasta ahora, ¿o quizás no?
Así comienza el viaje de Verita por Inconscientia. Un viaje lleno de aventuras que esta niña, como si fuera una Alicia en su país de maravillas, comienza a transitar. Un mundo repleto de fantasía donde hay entes buenos y no tan buenos. Un mundo al que su perro Toto la acompaña y donde conocerá a un montón de personas de lo más dispares y donde vivirá mil aventuras vagando por lugares tan singulares como El Reino de los Muertos, Campo del Coma, La Laguna de Sueños, El Invernadero de Deseos o El Pozo del Olvido.
Mientras Verita deambula por Inconscientia, Rocío Fuentes-Ortea intercala el relato de la vida de los padres de la niña. Conocemos así la vida de Elisa y José Antonio, algo que nos ayudará a atar los cabos de esta fascinante historia en la que nos sumerge la autora.
Podría hablaros mucho más sobre Inconscientia, sobre las maravillas que allí ocurren y las aventuras que a Verita le tocará vivir. Podría, también, contaros cómo lo que allí sucede tiene su eco en esta realidad y cómo nuestras decisiones afectan a los dos mundos, pero, sin duda, es mucho mejor que os sumerjáis en esta historia de la mano de Rocío Fuentes-Ortea. Una historia repleta de fantasía, en la que cualquier cosa puede ocurrir y con unos personajes fascinantes. Un libro muy bien escrito que tiene lo mejor de Alicia en el país de las maravillas y esa genial película, que siempre será una de mis favoritas, llamada Dentro del laberinto.
He disfrutado muchísimo de esta historia que promete segunda parte, así que, lectores, si os gustan las historias de fantasía y cuestionaros la realidad que nos rodea, Inconscientia es vuestra próxima lectura.
¿Dónde se compra?
En papel, en la página web de la editorial Amarante:
Se trata de la pregunta del millón, aunque tiene una respuesta sencilla. Depende. Y ¿de qué depende? Pues de según cómo se mire, todo depende. De acuerdo; bromas aparte, depende, fundamentalmente, del género que hayas escrito. Me explico.
Imagina que has escrito un libro de no ficción, sobre un tema híper específico: Por ejemplo, “El problema de la superpoblación de jabalíes en Asturias”. ¡Ey! No te duermas, que esto sólo es un ejemplo. Eres un experto en la materia y, además, has escrito el libro con un enfoque único. Tu solucionador es perfecto, y está claramente indicado en la Tag Line de la portada: “Qué hacer para deshacerse de estos molestos individuos”. Con este libro sabes que no tendrás problemas para encontrar a tu público objetivo: agricultores del Principado de Asturias, a los que los cerdos salvajes invaden durante todo el año, dejándoles sin frutas y verduras. ¡Serán cochinos! Además, has hecho un poco de research; te has documentado, y sabes que tu público objetivo son los mil agricultores que viven en Asturias.
En este caso, tu mejor baza será auto publicarte, ya que no necesitas de una casa editorial que se encargue de darle difusión a tu obra. Hoy día, los canales de “social media” pueden ayudarte a conseguir reunir a un buen número de personas interesadas en un tema en particular. En este ejemplo tan específico, probablemente, muchos agricultores no sean muy activos en Facebook o en Instagram, pero algunos estarán, y a los más tradicionales aún puedes encontrarlos a través de anuncios en los periódicos de la comarca, por ejemplo, o en la Televisión local. También puedes contactar con asociaciones y grupos de interés por e-mail o por carta. De cualquier modo, será sencillo dar con tu público objetivo, ya que tan sólo requiere algo de esfuerzo por tu parte, que centrarás en documentarte y encontrar a estos agricultores a los que les gustaría deshacerse de los horrendos jabalíes.
Cuando ya tengas a tu grupo de interesados reunidos (virtualmente), entonces, hazles saber que has escrito un libro único que va a solucionar sus problemas. ¡Véndelo! O aprende a venderlo, y luego, sí: ¡véndelo!
Lo bueno de auto publicarse, como todos sabemos, es que el 100% de las ventas del libro será para ti. Imagina que vendes tu libro a 10 euros. Si se lo has vendido a 1.000 personas, entonces habrás ganado 10.000 euros. Fácil, ¿verdad? Imagina si lo vendes a 20 euros. La cuestión es que ¿por qué ibas a acudir a una casa editorial para que venda un libro tan específico, y te deje con un 10% del PVP (Precio de Venta al Público)? No tendría ningún sentido. Porque esa editorial no le va a ofrecer más difusión que la que tú le vayas a dar; porque no necesitas una gran difusión para un libro tan específico, que sólo va a interesar en Asturias, y, en particular, a agricultores que quieren deshacerse de los cochinos jabalíes. A ellos puedes encontrarlos tú. A los jabalíes, no. Me refiero a tu público. De hecho, si vas con una editorial, ésta te va a pedir que los busques tú. Te lo aseguro.
Sin embargo, si lo que has escrito es ficción, entonces, eso ya es otro cantar. Deberías intentar venderlo a una casa editorial, porque ellas, además de publicarla en Amazon (como tú estabas pensando hacer), serán las únicas que puedan conseguir una mayor propagación de tu obra (en otras plataformas). Por ejemplo, en La Casa del Libro, El Corte Inglés, en librerías, etcétera. Porque, seamos honestos, si esperas tener ganancias vendiendo sólo a tu familia y a tus cuatro amigos, vas listo. Necesitas encontrar a tu público; a aquellas personas que vayan a lanzarse a comprar tu libro, porque el género o el tema les interesa.
Es cierto que ceder tus derechos de publicación a una casa editorial da una rabia terrible, porque, hoy día, es complicado encontrar una editorial que vaya a darte un Advance por tu libro (dinero de antemano). Lo que ahora hacen las editoriales más humildes que han decidido confiar en autores noveles es producir (sin excesivos medios) el libro, y publicarlo, sin más. Producen una tirada pequeña (de unos 200 ejemplares), y esperan a que se venda una cantidad determinada de ellos, o una cantidad específica de dinero, para transferir las royalties al autor.
Si esa tirada se agota, es entonces cuando lanzan otra tirada de otros 200 ejemplares. Y eso explica cuando lees a esos autores que han publicado su primer libro hace tan sólo unos meses o un año y ya están gritando a los cuatro vientos: ¡Ya hemos agotado la primera edición! ¡Vamos a por la segunda! A ver, no me malinterpretéis. Eso está genial. Pero, cuando eres un aspirante a escritor y oyes/lees eso, te mueres de la envidia y te preguntas: Pero ¿es que ha vendido su alma al diablo? Ten en cuenta eso; que no es tan complicado agotar tu primera edición.
Ojo, que tampoco digo que sea lo más sencillo del mundo, o que en todas las editoriales hagan una tirada de 200. Pero no serán muchos los ejemplares de la primera tirada, y, entre tus familiares y amigos, si te pones pesado, no es tan milagroso agotar esa primera edición. Necesitaba que supieras eso. A mí me hizo sentir mejor el saberlo; no te voy a engañar.
La cruda realidad es que ir con una editorial es la única manera de que haya posibilidades de hacer llegar tu obra a gente que no te conoce, e incluso a otros países de habla hispana. Porque bendito sea el español, el idioma en el que escribimos, que es hablado por tantas y tantas personas. ¡Qué afortunados somos! ¡Tenemos el mejor idioma del mundo!
Así que, tratando de responder a la pregunta formulada al principio de este post, la respuesta es: si no es ficción lo que quieres publicar, quizá sea mejor guisártelo y comértelo tú mismo en cuanto tengas a un grupo decente de seguidores. Si, en cambio, has escrito un manuscrito de ficción, entonces, no seas vago o miedica e inténtalo con una editorial. ¿Qué tienes que perder? Como suele decirse, el “no” ya lo tienes, pero ¿por qué no te das una oportunidad? ¿Por miedo al rechazo?
El mandar un libro a editoriales es como la vida: A unos no les gustarás, pero a otros, sí. Todos sabemos que, hoy día, casi hay más escritores que lectores. Así que no te tomes una negativa como algo personal. Puede ser que a esa editorial no le vaya ese género, o que en ese momento no quiera publicar ese tema porque acaban de publicar un libro similar y no ha dado los frutos que esperaba. O, simplemente, quizá ese día el que te leyó no estaba muy receptivo. Y no nos olvidemos de lo subjetivas que pueden ser las personas en lo tocante a gustos.
Acuérdate de que J.K Rowling fue rechazada en un sinfín de ocasiones, y, sólo gracias a una niña pequeña, que ofreció a su padre, el editor, una reseña (hablada) extraordinaria, se publicó su obra maestra. El rechazo no quiere decir que tu novela sea mala; simplemente, que no va con esa persona en particular, o con esa editorial en concreto. Pero ¿quién ha dicho que tu libro sea malo? Si te dicen que no, a otra cosa, mariposa. ¡Y nada de lloros, porque son ellos los que pierden! Imagina cómo se sienten aún todas esas editoriales que rechazaron la historia de Harry Potter. Se sienten como el pompis (seamos finos).
Deja de enrollarte. ¿A qué editorial mando mi libro, entonces?
Compra una libreta mona. Sí, sí, como lo oyes; nada de “cutreces”. La necesitarás, primero, para apuntar tu plan de cómo vas a tratar de vender tu manuscrito a las editoriales, y, después, para escribir el plan de marketing para tu libro. Sí o sí, necesitas una libreta con estándares, para apuntar todas estas cositas. Te mereces una libreta de escritor. Yo tengo una grande, con separadores, porque prefiero ver las cosas con claridad.
En cuanto la tengas, empieza a hacer una lista con las editoriales más grandes. No te cortes. Nunca se sabe si van a amar tu libro. Todo puede pasar. Puede que se trate de un libro maravilloso. Sin embargo, si no te contestan o te dan una negativa, tampoco te vengas abajo, porque estas grandes editoriales (Planeta y todos sus sellos, como Seix Barral o Minotauro; Anagrama; Penguin Random House y sus conocidos sellos, como Alfaguara o Fantascy, y un largo etcétera), todas estas súper editoriales, con muy pocas excepciones, tratan directamente con agentes literarios y con contactos.
Las grandes editoriales también suelen poner trabas del tipo de: “sólo puedes mandar una copia impresa de tu libro, encuadernado y en papel de seda dorada”. Bueno, eso último es una hipérbole. Pero casi todas ellas piden un ejemplar del manuscrito impreso. Y, realmente, a día de hoy, especialmente en este año de la asquerosa pandemia, seguir pidiendo un manuscrito en formato físico, con todos sus microbios, me parece interesante, por no llamarlo deleznable, ya que es una clara indicación de que estas súper mega editoriales no leen lo que se les envía. Vamos, ahora que nos desinfectamos hasta el carné de identidad, ¿cómo íbamos a tocar un montón de papeles que nos llegan de sabe Dios dónde, cuando podrían estar manoseados por sabe Dios quién? Que estas grandes editoriales leen lo que se les envía, no se lo traga nadie. En realidad, pedir que mandes tu manuscrito impreso es un filtro que ponen para tener menos trabajo (menos manuscritos que rechazar).
De todos modos, quizá te apetezca probar suerte mandando tu novela a estas súper editoriales, porque, de cualquier manera, quieres intentarlo (y me parece maravilloso, te lo aseguro, ya que en esta vida, hay que pisar fuerte cuando se trata de perseguir nuestros sueños), o tal vez te parezca más racional probar suerte mandando tu novela a una lista de agentes literarios, de los que hablaremos en otro post.
Tras enviar tu manuscrito a las grandes editoriales, que suelen tardar de dos a seis meses en contestar, si es que contestan, sigue apuntando en tu libreta los nombres de editoriales algo más pequeñas, que suelen al menos contestar antes y de forma positiva en algunas ocasiones. Pero mi recomendación es ésa: empezar por las más grandes, porque tardan más, y porque, imagina que empiezas por las pequeñas, una te dice que sí, y, tras cuatro meses, te contesta una editorial grande aceptando publicar tu obra cuando ya has firmado tu contrato con la pequeña.
¿No sería terrible? Tremendamente irritante, por lo menos. Empieza por lo más alto, hazme caso. Tampoco es que, nada más mandar tu manuscrito a las editoriales grandes, tengas que esperar seis meses de brazos cruzados. Esta actividad la puedes combinar con el envío de tu manuscrito a agentes literarios (también, a tus favoritos; a los que hayas escuchado que son mejores. Ponlos al comienzo de tu lista).
Pongamos que las editoriales grandes no te han hecho ni caso. Peor para ellas. Algún día se arrepentirán. Pero que no decaiga la fiesta. Todavía tienes todas esas editoriales medianas o pequeñas, que, a pesar de ser más humildes, son tradicionales; es decir, siguen el modelo de publicación tradicional, en el que, como hemos hablado, el escritor cede los derechos de publicación sobre la obra, y recibe royalties de entre un 6% y un 12% del PVP (asegúrate de que es Precio de Venta al Público y no Precio de Venta al Distribuidor o similares).
Otras editoriales a las que llamaremos indeseables (y que no son pocas), te pedirán dinero por publicar. Sí, como lo oyes. A tu cara. Bueno, tanto no; por e-mail o por teléfono, las más descaradas. Algunas casas editoriales lo anuncian a los cuatro vientos y en letra grande, tipo Caligrama, del grupo Penguin Random House, que, por una ingente cantidad, te publica el libro (dependiendo de lo que pagues, te darán menos o más servicios). Planeta también tiene un sello dedicado a sacar dinero de los pobres autores. Se llama Universo de Letras, y ofrece unos cinco packs editoriales, siendo el más caro el Pack Best Seller, que te costará 4.399 euros. Casi nada. Saben latín. Y griego, además.
De todos modos, hay algunas pequeñas editoriales que tienen el morro, permítaseme el coloquialismo, de explicarte que ellas son editoriales tradicionales, pero que tú te has de encargar de adquirir un número determinado de copias (que suele ir desde 50 hasta 200).
Estas editoriales, además de cobrarte, para que te publiquen el libro (como Universo de Letras y Caligrama), te darán sólo el 10% del PVP de los ejemplares que vendas. Por eso, la pregunta que debes hacerte es: ¿Por qué carajo iba entonces a publicar con ellas?
Es decir, ¿por qué no gastas ese dinero en producir tú mismo el libro y lo vendes en Amazon y en tu web y te llevas el 100% de las ganancias? De acuerdo, hay escritores que únicamente quieren escribir; eso lo entiendo, pero, por mucho que no nos guste la edición, la maquetación, el diseño de portadas, o el marketing, no podemos dejar que nos tomen el pelo. Si vas a gastar dinero en adquirir esas copias a precio de millón (porque estas editoriales te piden unos 20 euros por copia), entonces, ¿por qué no contratas a profesionales por tu cuenta? Quizá seas la bomba con la gramática, o se te dé bien maquetar, y sólo tengas que pagar los servicios de un diseñador. Pero es que, aunque tuvieses que contratar a un editor, un maquetador y un diseñador, déjame decirte que yo preferiría pagarles a ellos, y hacer todo por mi cuenta, antes que pagar a estas pseudo-editoriales (añadamos: “de pacotilla”), y que, además, luego te quiten el 90% de su PVP por cada ejemplar que vendan. Que, en realidad, vas a vender tú. Porque algo que debes tener muy claro es que, hoy día, serás tú quien promocione tu libro. Porque, incluso el gran Pérez-Reverte tiene que promocionar su libro, así que, en lugar de ir con estas editoriales de dudosa moralidad, publica tu libro tú mismo.
Lo sé, lo sé. El hecho de poder decir que es que la editorial X te ha publicado suena fabuloso. Pero, realmente, no tiene sentido. Si decides hacer eso, estarás anteponiendo tu ego y perdiendo tu dinero. Además, te estarás engañando a ti mismo. ¿Realmente estás orgulloso de que esas editoriales hayan publicado tu libro? Esas editoriales dicen que sí en el 99% de los manuscritos que se les manda. Es tu decisión, por supuesto.
Estas pseudo-editoriales que ofrecen esta práctica, que tienen el descaro de llamarla Co-edición, son, entre otras, Adarve, Ediciones Europa, El grupo editorial Caudal (Lacre es un sello de este grupoque hace esto)… En fin, hay unas cuantas.
Diles NO. ¡No caigas en su trampa! Amazon te dará muchos más beneficios, y ese dinero que te ahorraste (que no les pagaste a ellos), puedes emplearlo en:
-Crear tu página web como escritor
-Pagar a un editor
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-Comprarte un buen libro de Marketing
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Aquí tienes un listado completo de las editoriales españolas:
Entra en cada una de ellas e investiga qué es lo que están buscando, porque no todas van a aceptar el género que hayas escrito. ¡No mandes una aventura romántica a una editorial que publique novela histórica!
A ver, puedes enviar tu manuscrito igualmente, nadie te lo impide, pero perderás tu tiempo y se lo harás perder a los demás.
Un truco típico para crear la lista de editoriales a las que mandarás tu manuscrito es acudir a una librería, e ir a la sección en donde colocan los libros del género que has escrito. Lleva papel y boli, y comienza a tomar notas, ¡aunque te tomen por un loco!
Y ahora, ¡ponte manos a la obra con esa lista! ¡Ya estás tardando!
Writing a book is not an easy task, but it is not impossible either. If you are reading this, it could be because you want to write a book and you don’t know-how. Maybe this idea has been around your head forever, or maybe you have recently realised that you have something to tell the world. You might just want to make your little mark on history. Either way, right now, in this post, it doesn’t matter the reason.
But why haven’t you written that book yet?
It is because of fear; the great enemy of humans. Fear of achieving your dreams, of failure, or even just plain fear of success.
For many people, writing a book is a distant dream, which they keep in a corner of their soul, covered in dust because they believe that way they are kept safe and protected inside, and with it, a flame of hope that makes them feel alive.
Having dreams is a very beautiful thing. It is what gives meaning to our life. And if your biggest dream is to write a book, it’s no wonder you’re scared to do it once and for all, because what will happen next? I will no longer have dreams! Well, let me tell you, you shouldn’t be so dramatic. Dreams have an incredible capacity for adaptation. If your dream is to write a book and you achieve this, then your dream will become to publish it. If then you manage to publish it, then your dream will be modified and it will be, for example, to sell your book. If you are managing to sell your book to a lot of people, then why not jump in and write another one? Your head is full of stories and endless possibilities. But the fear of running out of dreams might be making you procrastinate.
Of course, sometimes, what scares us is facing reality, and if we finally get to write that book that we long to write, that will mean that we will have to start sending it to publishers, and, probably, we will suffer rejections. And who wants to feel rejected? Well, nobody, of course. But, «do not eat the pig before killing it.» You do not know what is going to happen in this life. Your book will be rejected by some publishers, perhaps many, but maybe the day will come when a publisher likes your story and decides to publish it.
There are always publishers that support new authors. You’re probably not going to receive any Advance, but trust me; it can happen. It is very likely that your book will be published someday. Especially, if you have confidence in yourself. Of course, having a good book helps. Because if you are afraid of failure, it is usually because you are also afraid that what you have written is mediocre. But the good thing is that there is a solution for that; you just have to learn how to write properly. It may take more or less time and determination, but writing can be learned. In fact, no one was born knowing how to write. Not even Shakespeare.
But let’s talk now about the last type of fear; perhaps the strangest. Sometimes, what causes terrible fear is the possibility of success. And, as if that were not enough, we are also ashamed. It seems like sovereign bullshit, but this happens more than you think. Someone, back in our childhood (a teacher, a family member, a supposed friend, or the undesirable one), made us think that we were never going to be successful. That we didn’t deserve it. That, if we wanted to win something, it could only happen if we paid for it. And then the fear of success enters our brain. Because they have led us to believe that it is forbidden fruit for us. That others deserve it more than you. I can never help but think that those people who are successful are, because they work, yes, of course; but I really believe that it also is because since they were little, their family, their teachers and their friends always believed in them. They encouraged them to get up when they fell and congratulated them on all their successes; even by the most insignificant one.
Others, sadly, were not so lucky, and still, they believe to this day that they do not deserve to be successful.
But let me tell you here and now that you do deserve it. You deserve to write your book, publish it and sell it. Because you have a wonderful story to tell; a story dying to be told everyone and loudly. So, first of all, free yourself from fear, because with it by your side, you can start forgetting to create anything. Because that is precisely why you haven’t written your book yet. You are terribly afraid.