¿Qué es mejor: Auto Publicarse o “Perder el tiempo” intentándolo con una editorial?

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Se trata de la pregunta del millón, aunque tiene una respuesta sencilla. Depende. Y ¿de qué depende? Pues de según cómo se mire, todo depende. De acuerdo; bromas aparte, depende, fundamentalmente, del género que hayas escrito. Me explico.

Imagina que has escrito un libro de no ficción, sobre un tema híper específico: Por ejemplo, “El problema de la superpoblación de jabalíes en Asturias”. ¡Ey! No te duermas, que esto sólo es un ejemplo.  Eres un experto en la materia y, además, has escrito el libro con un enfoque único. Tu solucionador es perfecto, y está claramente indicado en la Tag Line de la portada: “Qué hacer para deshacerse de estos molestos individuos”. Con este libro sabes que no tendrás problemas para encontrar a tu público objetivo: agricultores del Principado de Asturias, a los que los cerdos salvajes invaden durante todo el año, dejándoles sin frutas y verduras. ¡Serán cochinos! Además, has hecho un poco de research; te has documentado, y sabes que tu público objetivo son los mil agricultores que viven en Asturias. 

En este caso, tu mejor baza será auto publicarte, ya que no necesitas de una casa editorial que se encargue de darle difusión a tu obra. Hoy día, los canales de “social media” pueden ayudarte a conseguir reunir a un buen número de personas interesadas en un tema en particular. En este ejemplo tan específico, probablemente, muchos agricultores no sean muy activos en Facebook o en Instagram, pero algunos estarán, y a los más tradicionales aún puedes encontrarlos a través de anuncios en los periódicos de la comarca, por ejemplo, o en la Televisión local. También puedes contactar con asociaciones y grupos de interés por e-mail o por carta. De cualquier modo, será sencillo dar con tu público objetivo, ya que tan sólo requiere algo de esfuerzo por tu parte, que centrarás en documentarte y encontrar a estos agricultores a los que les gustaría deshacerse de los horrendos jabalíes. 

Cuando ya tengas a tu grupo de interesados reunidos (virtualmente), entonces, hazles saber que has escrito un libro único que va a solucionar sus problemas. ¡Véndelo! O aprende a venderlo, y luego, sí: ¡véndelo!

Lo bueno de auto publicarse, como todos sabemos, es que el 100% de las ventas del libro será para ti. Imagina que vendes tu libro a 10 euros. Si se lo has vendido a 1.000 personas, entonces habrás ganado 10.000 euros. Fácil, ¿verdad? Imagina si lo vendes a 20 euros. La cuestión es que ¿por qué ibas a acudir a una casa editorial para que venda un libro tan específico, y te deje con un 10% del PVP (Precio de Venta al Público)? No tendría ningún sentido. Porque esa editorial no le va a ofrecer más difusión que la que tú le vayas a dar; porque no necesitas una gran difusión para un libro tan específico, que sólo va a interesar en Asturias, y, en particular, a agricultores que quieren deshacerse de los cochinos jabalíes. A ellos puedes encontrarlos tú. A los jabalíes, no. Me refiero a tu público. De hecho, si vas con una editorial, ésta te va a pedir que los busques tú. Te lo aseguro.

Sin embargo, si lo que has escrito es ficción, entonces, eso ya es otro cantar. Deberías intentar venderlo a una casa editorial, porque ellas, además de publicarla en Amazon (como tú estabas pensando hacer), serán las únicas que puedan conseguir una mayor propagación de tu obra (en otras plataformas). Por ejemplo, en La Casa del Libro, El Corte Inglés, en librerías, etcétera. Porque, seamos honestos, si esperas tener ganancias vendiendo sólo a tu familia y a tus cuatro amigos, vas listo. Necesitas encontrar a tu público; a aquellas personas que vayan a lanzarse a comprar tu libro, porque el género o el tema les interesa.

Es cierto que ceder tus derechos de publicación a una casa editorial da una rabia terrible, porque, hoy día, es complicado encontrar una editorial que vaya a darte un Advance por tu libro (dinero de antemano). Lo que ahora hacen las editoriales más humildes que han decidido confiar en autores noveles es producir (sin excesivos medios) el libro, y publicarlo, sin más. Producen una tirada pequeña (de unos 200 ejemplares), y esperan a que se venda una cantidad determinada de ellos, o una cantidad específica de dinero, para transferir las royalties al autor. 

Si esa tirada se agota, es entonces cuando lanzan otra tirada de otros 200 ejemplares. Y eso explica cuando lees a esos autores que han publicado su primer libro hace tan sólo unos meses o un año y ya están gritando a los cuatro vientos: ¡Ya hemos agotado la primera edición! ¡Vamos a por la segunda! A ver, no me malinterpretéis. Eso está genial. Pero, cuando eres un aspirante a escritor y oyes/lees eso, te mueres de la envidia y te preguntas: Pero ¿es que ha vendido su alma al diablo? Ten en cuenta eso; que no es tan complicado agotar tu primera edición.

Ojo, que tampoco digo que sea lo más sencillo del mundo, o que en todas las editoriales hagan una tirada de 200. Pero no serán muchos los ejemplares de la primera tirada, y, entre tus familiares y amigos, si te pones pesado, no es tan milagroso agotar esa primera edición. Necesitaba que supieras eso. A mí me hizo sentir mejor el saberlo; no te voy a engañar.

La cruda realidad es que ir con una editorial es la única manera de que haya posibilidades de hacer llegar tu obra a gente que no te conoce, e incluso a otros países de habla hispana. Porque bendito sea el español, el idioma en el que escribimos, que es hablado por tantas y tantas personas. ¡Qué afortunados somos! ¡Tenemos el mejor idioma del mundo!

Así que, tratando de responder a la pregunta formulada al principio de este post, la respuesta es: si no es ficción lo que quieres publicar, quizá sea mejor guisártelo y comértelo tú mismo en cuanto tengas a un grupo decente de seguidores. Si, en cambio, has escrito un manuscrito de ficción, entonces, no seas vago o miedica e inténtalo con una editorial. ¿Qué tienes que perder? Como suele decirse, el “no” ya lo tienes, pero ¿por qué no te das una oportunidad? ¿Por miedo al rechazo? 

El mandar un libro a editoriales es como la vida: A unos no les gustarás, pero a otros, sí. Todos sabemos que, hoy día, casi hay más escritores que lectores. Así que no te tomes una negativa como algo personal. Puede ser que a esa editorial no le vaya ese género, o que en ese momento no quiera publicar ese tema porque acaban de publicar un libro similar y no ha dado los frutos que esperaba. O, simplemente, quizá ese día el que te leyó no estaba muy receptivo. Y no nos olvidemos de lo subjetivas que pueden ser las personas en lo tocante a gustos. 

Acuérdate de que J.K Rowling fue rechazada en un sinfín de ocasiones, y, sólo gracias a una niña pequeña, que ofreció a su padre, el editor, una reseña (hablada) extraordinaria, se publicó su obra maestra. El rechazo no quiere decir que tu novela sea mala; simplemente, que no va con esa persona en particular, o con esa editorial en concreto. Pero ¿quién ha dicho que tu libro sea malo? Si te dicen que no, a otra cosa, mariposa. ¡Y nada de lloros, porque son ellos los que pierden! Imagina cómo se sienten aún todas esas editoriales que rechazaron la historia de Harry Potter. Se sienten como el pompis (seamos finos).

Deja de enrollarte. ¿A qué editorial mando mi libro, entonces?

Compra una libreta mona. Sí, sí, como lo oyes; nada de “cutreces”. La necesitarás, primero, para apuntar tu plan de cómo vas a tratar de vender tu manuscrito a las editoriales, y, después, para escribir el plan de marketing para tu libro. Sí o sí, necesitas una libreta con estándares, para apuntar todas estas cositas. Te mereces una libreta de escritor. Yo tengo una grande, con separadores, porque prefiero ver las cosas con claridad. 

En cuanto la tengas, empieza a hacer una lista con las editoriales más grandes. No te cortes. Nunca se sabe si van a amar tu libro. Todo puede pasar. Puede que se trate de un libro maravilloso. Sin embargo, si no te contestan o te dan una negativa, tampoco te vengas abajo, porque estas grandes editoriales (Planeta y todos sus sellos, como Seix Barral o Minotauro; Anagrama; Penguin Random House y sus conocidos sellos, como Alfaguara o Fantascy, y un largo etcétera), todas estas súper editoriales, con muy pocas excepciones, tratan directamente con agentes literarios y con contactos. 

Las grandes editoriales también suelen poner trabas del tipo de: “sólo puedes mandar una copia impresa de tu libro, encuadernado y en papel de seda dorada”. Bueno, eso último es una hipérbole. Pero casi todas ellas piden un ejemplar del manuscrito impreso. Y, realmente, a día de hoy, especialmente en este año de la asquerosa pandemia, seguir pidiendo un manuscrito en formato físico, con todos sus microbios, me parece interesante, por no llamarlo deleznable, ya que es una clara indicación de que estas súper mega editoriales no leen lo que se les envía. Vamos, ahora que nos desinfectamos hasta el carné de identidad, ¿cómo íbamos a tocar un montón de papeles que nos llegan de sabe Dios dónde, cuando podrían estar manoseados por sabe Dios quién? Que estas grandes editoriales leen lo que se les envía, no se lo traga nadie. En realidad, pedir que mandes tu manuscrito impreso es un filtro que ponen para tener menos trabajo (menos manuscritos que rechazar).

De todos modos, quizá te apetezca probar suerte mandando tu novela a estas súper editoriales, porque, de cualquier manera, quieres intentarlo (y me parece maravilloso, te lo aseguro, ya que en esta vida, hay que pisar fuerte cuando se trata de perseguir nuestros sueños), o tal vez te parezca más racional probar suerte mandando tu novela a una lista de agentes literarios, de los que hablaremos en otro post.

Tras enviar tu manuscrito a las grandes editoriales, que suelen tardar de dos a seis meses en contestar, si es que contestan, sigue apuntando en tu libreta los nombres de editoriales algo más pequeñas, que suelen al menos contestar antes y de forma positiva en algunas ocasiones. Pero mi recomendación es ésa: empezar por las más grandes, porque tardan más, y porque, imagina que empiezas por las pequeñas, una te dice que sí, y, tras cuatro meses, te contesta una editorial grande aceptando publicar tu obra cuando ya has firmado tu contrato con la pequeña.

¿No sería terrible? Tremendamente irritante, por lo menos. Empieza por lo más alto, hazme caso. Tampoco es que, nada más mandar tu manuscrito a las editoriales grandes, tengas que esperar seis meses de brazos cruzados. Esta actividad la puedes combinar con el envío de tu manuscrito a agentes literarios (también, a tus favoritos; a los que hayas escuchado que son mejores. Ponlos al comienzo de tu lista).

Pongamos que las editoriales grandes no te han hecho ni caso. Peor para ellas. Algún día se arrepentirán. Pero que no decaiga la fiesta. Todavía tienes todas esas editoriales medianas o pequeñas, que, a pesar de ser más humildes, son tradicionales; es decir, siguen el modelo de publicación tradicional, en el que, como hemos hablado, el escritor cede los derechos de publicación sobre la obra, y recibe royalties de entre un 6% y un 12% del PVP (asegúrate de que es Precio de Venta al Público y no Precio de Venta al Distribuidor o similares).

Otras editoriales a las que llamaremos indeseables (y que no son pocas),  te pedirán dinero por publicar. Sí, como lo oyes. A tu cara. Bueno, tanto no; por e-mail o por teléfono, las más descaradas. Algunas casas editoriales lo anuncian a los cuatro vientos y en letra grande, tipo Caligrama, del grupo Penguin Random House, que, por una ingente cantidad, te publica el libro (dependiendo de lo que pagues, te darán menos o más servicios). Planeta también tiene un sello dedicado a sacar dinero de los pobres autores. Se llama Universo de Letras, y ofrece unos cinco packs editoriales, siendo el más caro el Pack Best Seller, que te costará 4.399 euros. Casi nada. Saben latín. Y griego, además.

De todos modos, hay algunas pequeñas editoriales que tienen el morro, permítaseme el coloquialismo, de explicarte que ellas son editoriales tradicionales, pero que tú te has de encargar de adquirir un número determinado de copias (que suele ir desde 50 hasta 200).

Estas editoriales, además de cobrarte, para que te publiquen el libro (como Universo de Letras y Caligrama), te darán sólo el 10% del PVP de los ejemplares que vendas. Por eso, la pregunta que debes hacerte es: ¿Por qué carajo iba entonces a publicar con ellas?

Es decir, ¿por qué no gastas ese dinero en producir tú mismo el libro y lo vendes en Amazon y en tu web y te llevas el 100% de las ganancias? De acuerdo, hay escritores que únicamente quieren escribir; eso lo entiendo, pero, por mucho que no nos guste la edición, la maquetación, el diseño de portadas, o el marketing, no podemos dejar que nos tomen el pelo. Si vas a gastar dinero en adquirir esas copias a precio de millón (porque estas editoriales te piden unos 20 euros por copia), entonces, ¿por qué no contratas a profesionales por tu cuenta? Quizá seas la bomba con la gramática, o se te dé bien maquetar, y sólo tengas que pagar los servicios de un diseñador. Pero es que, aunque tuvieses que contratar a un editor, un maquetador y un diseñador, déjame decirte que yo preferiría pagarles a ellos, y hacer todo por mi cuenta, antes que pagar a estas pseudo-editoriales (añadamos: “de pacotilla”), y que, además, luego te quiten el 90% de su PVP por cada ejemplar que vendan. Que, en realidad, vas a vender tú. Porque algo que debes tener muy claro es que, hoy día, serás tú quien promocione tu libro. Porque, incluso el gran Pérez-Reverte tiene que promocionar su libro, así que, en lugar de ir con estas editoriales de dudosa moralidad, publica tu libro tú mismo.

Lo sé, lo sé. El hecho de poder decir que es que la editorial X te ha publicado suena fabuloso. Pero, realmente, no tiene sentido. Si decides hacer eso, estarás anteponiendo tu ego y perdiendo tu dinero. Además, te estarás engañando a ti mismo. ¿Realmente estás orgulloso de que esas editoriales hayan publicado tu libro? Esas editoriales dicen que sí en el 99% de los manuscritos que se les manda. Es tu decisión, por supuesto.

Estas pseudo-editoriales que ofrecen esta práctica, que tienen el descaro de llamarla Co-edición, son, entre otras, Adarve, Ediciones Europa, El grupo editorial Caudal (Lacre es un sello de este grupoque hace esto)… En fin, hay unas cuantas. 

Diles NO. ¡No caigas en su trampa! Amazon te dará muchos más beneficios, y ese dinero que te ahorraste (que no les pagaste a ellos), puedes emplearlo en:

-Crear tu página web como escritor

-Pagar a un editor

-Pagar a un maquetador

-Pagar a un diseñador

-Comprarte un buen libro de Marketing

-Poner un anuncio en Amazon

-Poner un anuncio en Facebook

Aquí tienes un listado completo de las editoriales españolas: 

https://www.devoim.net/2018/09/indice-editoriales-espana.html

Entra en cada una de ellas e investiga qué es lo que están buscando, porque no todas van a aceptar el género que hayas escrito. ¡No mandes una aventura romántica a una editorial que publique novela histórica!

A ver, puedes enviar tu manuscrito igualmente, nadie te lo impide, pero perderás tu tiempo y se lo harás perder a los demás.

Un truco típico para crear la lista de editoriales a las que mandarás tu manuscrito es acudir a una librería, e ir a la sección en donde colocan los libros del género que has escrito. Lleva papel y boli, y comienza a tomar notas, ¡aunque te tomen por un loco! 

Y ahora, ¡ponte manos a la obra con esa lista! ¡Ya estás tardando!

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