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Análisis, opinión

En el corazón de Navarra

Olite: un lugar perfecto para relajarse

Todo fin de semana es bueno para acercarse a Olite, una pequeña ciudad situada en el centro de Navarra, entre las montañas y la Ribera. Un lugar de ensueño para gozar de paz e introducirse en el pasado. Un tiempo pretérito cargado de historia. Una historia que continúa recordándose, por los impresionantes monumentos que alberga y el carácter tradicional de su gente, muy apegado al pasado. Una ciudad en la que, además, uno puede disfrutar de la mejor gastronomía, que cuenta con una amplia variedad de platos, y de unos excelentes vinos.

Olite es una ciudad tranquila. Cuando uno llega, no puede evitar sentir paz y armonía. Se siente en el aire, se ve en las calles, se palpa en su gente. Pero existe algo más que hace que sea diferente. Algo mágico y misterioso envuelve a esta pequeña ciudad de 3.200 habitantes. Y es que posee un largo pasado histórico que se encuentra íntimamente ligado a su población.

Su historia viene de lejos. No son muchas las ciudades del mundo que pueden presumir de una vida tan larga. Por los restos arqueológicos, se conoce que en época imperial romana (siglo I d.C.) un fuerte cinturón amurallado defendía un pequeño altozano en el que más tarde se fundaría esta villa medieval. El obispo san Isidoro de Sevilla, en su Historia de Regibus Gothorum (en donde estudia la historia de los godos) nos ofrece la primera referencia escrita sobre Olite. Según él, el rey godo Suintila fundó la ciudad en el año 625 d.C. con el nombre de Oligito, y la fortificó para hacer frente a los vascones. En la Baja Edad Media fue elegida una de las sedes favoritas de los Reyes de Navarra, Carlos III el Noble y Leonor de Trastámara. Además, se trata de una de las cinco Merindades Históricas del Antiguo Reino de Navarra (territorios en los que se dividía la administración). Ésta y las otras cuatro, Pamplona, Estella, Sangüesa y Tudela, fueron creadas por Carlos III en 1407. Todo olitense conoce esta historia, todos la sienten, y recuerdan a menudo su pasado. «Es un lugar pequeño, pero tenemos historia, un pasado… y eso nos enorgullece», explica Concha Fernández, una ciudadana de toda la vida.

Pasear por Olite se convierte pronto en una delicia. Nada más entrar en la ciudad uno se encuentra con el Casco Antiguo, en el que se pueden observar nobles caserones de piedra que lucen escudos de armas, y estrechas calles de nombres tan exóticos como el de la Tufurería, la Tesendería o la Rúa de la Judería.

 

Grandes obras medievales

En Olite no hay pérdida. Por la Rúa de San Francisco, que se halla en esa parte vieja, se llega a la Torre del Chapitel o Torre del Reloj, situada sobre un portal de arco, que, si se atraviesa, conduce a la renovada Plaza de Carlos III: la principal. Allí se alza el Palacio Real, considerado en su tiempo uno de los más lujosos de Europa, y que fue declarado Monumento Nacional en 1925. Este palacio, reflejo del brillo de toda una época y obra del rey Carlos III en el siglo XV, confiere una fuerte personalidad a esta fantástica ciudad, contribuyendo a dibujar el paisaje con su silueta gótica y monumental. 

Visitar el Palacio Real, soberbia construcción de nobles orígenes, constituye una tarea obligatoria. Cuando uno entra en él, se traslada a otra época, vive un sueño. En nada se parece a otros palacios españoles de su tiempo. Carlos III lo construyó al estilo de los suntuosos palacios de Europa. Naranjos traídos de China; un patio para corridas de toros; otro con leones, jirafas y demás exóticos animales; originales pajareras repletas de extrañas aves; un jardín flotante; y torres denominadas con mágicos nombres, como la de los Cuatro Vientos o la de los Niños, son elementos propios de un singular palacio, que han provocado que éste sea único en España.

Por otra parte, esta excepcional obra arquitectónica se encuentra adosada al Castillo Viejo, que es el actual Parador Nacional «Príncipe de Viana» desde 1928. Se encuentra en la Plaza Teobaldos, y en su entrada un cartel recita: «Calidad, amabilidad y leyenda». Residencia en los periodos de descanso de Carlos III, durante su infancia, fue escenario de cruentas luchas por el trono de Navarra (en el siglo XVI), y, posteriormente, en la Guerra de la Independencia, en 1808. Tras los múltiples avatares sufridos, hoy el confort y la historia se unen armoniosamente, para facilitar al viajero una estancia inolvidable. Expresión de piedra sobre piedra, en un juego de luces medievales, se levanta majestuosamente ante la historia y el arte de un casco urbano, cuya riqueza viene precedida por la fertilidad del llano y de las aguas del río Cidacos. 

Estar en Olite es como encontrarse en la Edad Media, porque los monumentos góticos que tiene contribuyen a ello. Además del Palacio Real y el Parador Príncipe de Viana, uno puede visitar la Iglesia de Santa María, también de estilo gótico, y con un meticuloso trabajo escultórico en su portada; la de San Pedro, una gran obra medieval en la que destacan el claustro y la portada románica; el Convento de San Francisco y el de las Clarisas; la Ermita de Santa Brígida; y también algunas galerías medievales.

 

El Olite de la Edad Media

 Existe otra razón por la que esta ciudad sigue pareciendo de otra época, y es que su gente se siente orgullosa por pertenecer al Olite de entonces. Se trata del afán por tener muy presentes sus raíces. Por esto, en numerosas ocasiones, este encantador lugar trae el pasado al presente, sin dificultad. El otro día se podía respirar, más que nunca, su aire puro cargado de historia: se estaba celebrando la primera boda civil en el Palacio Real. Todos los invitados iban ataviados con trajes medievales. La Plaza de Carlos III se convirtió en un auténtico escenario de novela. Uno se sentía como un personaje, capaz de emprender toda clase de aventuras inmortales. A la gente del pueblo, aunque fuese la primera boda medieval que se celebraba, no le sorprendió en absoluto: «Esa época es especial para todos nosotros. Es lógico que alguien haya decidido hacerlo», comentó Elena Gracia, una ciudadana. «Siempre se hace algo interesante: teatro clásico en la calle, bandas de música medieval…», continuó Elena.

 En los últimos años, la ciudad ha experimentado un fuerte descenso demográfico, que, por otra parte, hace que exista una fuerte cohesión social, y, de esta manera, Olite se convierte en el apellido de una gran familia. Todos se conocen muy bien, y se ayudan mutuamente. La gente está acostumbrada a preocuparse por los demás, y no actúan de distinta forma con el turista. Uno no puede sentirse más agradecido por este comportamiento, que hace que se desee regresar.

 

Gastronomía digna de reyes   

 Con tanto paseo, hay que comer, pero, sobre todo, hacerlo de la mejor manera posible. Y en esta ciudad cualquier sitio es bueno para ello. Sus habitantes así lo afirman: «En todos los restaurantes se puede disfrutar de una comida casera de la mejor calidad», comenta Manolo Ortas, un anciano conocido por su excelente paladar. El Parador, además de tener un servicio excelente, ofrece la mejor cocina tradicional navarra, y nueva cocina. «Todos los restaurantes de Olite son buenos: la comida es la misma. Lo que varía es la manera de cocinarla, y el servicio que se ofrece a los clientes», explica Antonio Bertolín Blasco, encargado del restaurante del Parador. En Casa Zanito, un restaurante ubicado en la Rúa Mayor, son conocidas las verduras de temporada, las alubias potxas y el brazuelo de cabrito al horno. La encargada de este restaurante, Pilar Sánchez, asegura también que todo lo que se sirve en Olite es de la mejor calidad, pero, por supuesto, recomienda su restaurante como primera opción.

En cuanto a la repostería, son conocidas las ensaimadas, que se diferencian de las de otros lugares por su reducido tamaño. Suelen tomarse con el café de la mañana. En Casa Vidaurre, desde 1900, se elaboran artesanalmente estos y otros productos, entre los que destacan los mantecados, las tortas de chanchigorri (compuestas por chicharrones, fundamentalmente) y sus helados.

Para los amantes del buen beber, y así acompañar toda esta comida, no hay nada mejor que probar sus vinos. A Olite se le conoce también por sus afamadas bodegas. Podría decirse que es la gran bodega de Navarra. Su larga tradición y sus instalaciones así lo indican. Sus vinos están adscritos a la Denominación de Origen Navarra. Además, la ciudad ha sido pionera en el establecimiento de una ruta convenientemente señalizada por todas sus bodegas, abiertas a visitas comentadas y a la degustación de sus vinos. Entre otras, destaca la Bodega Cooperativa Cosecheros Reunidos (1913), que tiene una capacidad de 3.000.000 de litros; la Bodega Cooperativa Olitense (1911), que alberga 3.850.000 litros; y las Bodegas Marco Real, con capacidad para albergar 6.000.000 de litros, y más de cien años de historia.

Está claro que son muchos los encantos de esta pequeña gran ciudad. Sin embargo, todo lo que se cuente sobre ella es insuficiente. Hay que ir allí para darse cuenta de esto, y comprobar que no sólo en la ficción hay escenarios mágicos y de ensueño.

 

Cómo llegar a Olite       

Por la carretera N-121 y la autopista A-15, dirección Pamplona-Zaragoza, se llega a la ciudad de Olite, situada sobre un cerro, a 5 kilómetros de Tafalla, y a 42 de Pamplona.

Dónde dormir

Para los más sibaritas, el Parador Príncipe de Viana, con un lujoso estilo medieval y 43 habitaciones, es la mejor opción. Se encuentra en el número 2 de la Plaza Teobaldos, y su teléfono es el 948 74 00 00.

El Hotel Carlos III el Noble, situado en la plaza del mismo nombre, ofrece unas preciosas vistas al Palacio Real. Su teléfono es el 948 74 06 44.

Por último, el Hotel Casa Zanito, en el número 16 de la Rúa Mayor, es algo más económico, y se encuentra en el centro. El teléfono de contacto es el 948 74 00 02.

Historia de una chica sola (La Cena)

Jorge Grau (1968)

El tema de la película es bien claro; por tanto, unitario. Así todo, la película está compuesta por siete complejas partes de diferente tiempo de duración cada una de ellas. El raccord de la película, en general, es bueno; tanto en el nivel de objetos, como de espacio, de dirección o de posición. Aunque sin destacar. En una escena, me ha parecido ver un fallo: al comenzar una conversación no demasiado breve, se  enfoca un coche rojo por su parte delantera. En cuanto ésta acaba, enfocan la mitad de tal coche, habiendo de señalar ya otro coche distinto.

La película está continuamente saltando en el tiempo. La única forma de que sepamos que es así, es el corte de pelo que se hace la chica al comienzo de la película, una actividad sin ninguna importancia en un caso corriente, pero aquí de especial relevancia.

El interés de la película está centrado en un solo tema: el amor que siente Ana por Luis. Las partes de que está compuesta la película, se basan en las opciones que imagina Ana que podrían pasar, al decirle Luis que deben dejar su relación. Un aspecto que no me gusta del largometraje, es que no es real, en el sentido de que Luis, cada vez que ella se imaginaba una de esas opciones, ¿a qué se dedicaba? ¿No le preguntaba que en qué estaba pensando desde hacía, aproximadamente, una hora? ¿O es que ella pensó las seis opciones en cinco minutos? Es un punto que no me ha gustado.

Por otra parte, la trama  es sumamente original y liosa. Creo que Jorge Grau buscaba confundir y sorprender al espectador, mas sólo en el transcurso de la película, porque al final, se entiende todo a la perfección. Y eso es lo que me parece sumamente original y nuevo, para la época en la que se creó este filme. Creo que ha servido de base para películas posteriores, como «Abre los ojos» de Alejandro Amenábar.

Creo que los personajes actúan bien, en especial, la chica. El doblaje lo encuentro bastante bueno, un asunto de vital importancia, opino, ya que cambia totalmente la que podría ser una genial actuación de un actor. Las reacciones de los personajes son muy reales, por tanto, ellos también. Algo que me ha llamado especialmente la atención, es un contraste fabuloso que explico a continuación. Se quiere hacer creer, en el transcurso de la película, que Ana es una chica muy pasional y loca. Quizá lo fue antaño, pero al final, demuestra que es de lo más racional que existe, pues antes de contestar a la pregunta de Luis (qué es lo que va a hacer), ella piensa las consecuencias de su futura respuesta.

Se trata de una historia muy interesante. No podríamos calificarla de otra manera. Entretenida, nueva e interesante, original y distinta, en resumen. Tiene un guión original, escrito por el mismo director. Es un filme totalmente psicológico, pues todo proviene de la imaginación de la chica, sin dejar casi espacio a los sucesos reales. Es una película que trata la complejidad de la mente humana.

Creo que los decorados y el vestuario son totalmente reales, adaptados a la época[1]. Creo que el color rojo utilizado por Grau en casi todos los objetos presentes en el filme, tiene un valor simbólico. Quizá nos quiera indicar, en mi opinión, el tormento que sufre ella por dentro, ya que tal color refleja agresividad. Su valor general es en exceso original. Tiene, por tanto, una función dramática. Esta misma función la tiene el empleo de las imágenes de los sanfermines. Creo que al margen de que allí hubiese conocido ella a Luis, tiene un significado más profundo. Cuando aparecía en su mente la matanza de un toro, era como si ella se sintiese así. Y el rojo, aumentaba el dramatismo existente en su interior.

Tratando el tema del encuadre y la composición, la imagen resulta totalmente expresiva, por el color que acabo de determinar, y la rápida sucesión de imágenes. Otro aspecto que debo señalar, es que por esta sucesión increíblemente rápida de imágenes, la película me recuerda a un corto. Y es que quiere transmitir un sinfín de sentimientos en una hora y veinte, aproximadamente. El detalle creo que está cuidado, en cuanto que el script (o ayudante de director) no ha fallado en  nada[2].  En cuanto a los movimientos de cámara, resultan totalmente expresivos y rápidos. Muy inteligentes, por ello. En la primera escena nos encontramos ya con un travelling lateral, lo único que no me ha gustado es que en esa misma escena, la cámara va «saltando», un método utilizado cuando se quiere hacer pensar que alguien está siguiendo a otra persona, y nadie, en ese momento la estaba siguiendo. Quizá encierre un significado, quizá quiera hacer participar al espectador en la película desde ese primer momento. No lo sabemos, pues hay que tener en cuenta que una forma de expresión artística (en este caso una película), es en exceso subjetiva. Tenemos también, un gran número de travelling circular, en torno a ella, más que a él, lo que vuelve a indicar el tormento psicológico que sufre (o más bien, que se imagina sufrir). Los flash forward se utilizan cuando ella se imagina lo que sucedería (después de comentarle él que lo quiere dejar), y hay flash back cuando recuerda las imágenes de los sanfermines, y cuando ella estaba con él en la playa. Se utiliza mucho el zoom rápido de lejos, a más cerca, enfocando así, primeros planos y alguno primerísimo (como cuando enfocan el pelo de la chica, en el momento en que se lo corta). Se utilizan también claroscuros, para engrandecer la figura de ella (en una  de sus fantasías; la primera) y de él (cuando le dice que quiere dejar la relación). También utiliza contraste, cuando ella, en otra de sus fantasías (la cuarta, creo recordar), habla con otra amante de Luis. Aquélla es alta, con un prominente escote y muy morena, mientras que a Ana se la ve baja, muy blanca y con un vestido muy recatado, todo, para indicar la diferencia entre la ex-amante, y la actual amante.

En cuanto a los elementos sonoros, el doblaje ya está comentado. Los diálogos, a mi parecer, no son importantes, ya que todo está en la imaginación de ella, y bastaría sólo con imágenes. Así y todo, no está muy bien tratado, lo poco que hay. La banda sonora es casi inexistente, sólo hay una canción al principio de la película, que se repite después. En el primer momento en que suena, ella se mira al espejo y está feliz (es antes de quedar con Luis para cenar), pero en cuanto la canción llega a un punto en el que el cantante adquiere un tono melancólico, ella se entristece. Quizá quiera señalar que ella intuía algo; que Luis la podía dejar. El segundo momento en que suena la canción, es cuando ella está en la tercera o cuarta parte de la película. Cuando ella se imagina que le ha pedido que se case con él. Aparte de esto, hay sonidos extraños en momentos clave, para aumentar el dramatismo.

Ya tratado el tema de la interpretación (bastante buena y real), señalemos que el montaje es nervioso y vivo. Hace que nos interesemos. Pero lo hace aún más esa repetición  de la imagen de la cena; ella cogiendo esa copa, mientras la cámara realiza un travelling circular.

Creo que la película, en general, decepciona a la gente porque no la entiende (hecho comprobado al final de la misma), pero también creo que, como toda película no comercial, está dirigida a un público muy reducido, y no busca satisfacer, en general. Probablemente se esperaba que fuese una película romántica o similar. Creo que hay una gran exactitud en la representación psicológica de los personajes. Las actitudes que la chica adopta en sus fantasías son algunas muy humanas, otras un poco fantasiosas y pasionales. En la visión de los personajes no hay ni clasismo, ni racismo, ni defectos parecidos. Los personajes son representados con dignidad. Sí que se prevé la mejora del hombre frente a las dificultades, ya que, desde el principio, uno se imagina (al titularse: «la Cena»), que la película dura lo que una cena, y te das cuenta de que no es la realidad lo que aparece en la pantalla, sino ficción, te percatas de que aquello se lo está imaginando ella, y de que por tanto, está pensando detenidamente lo que va a hacer, y cómo va a superar esa dificultad que él le presenta. La visión del mundo que se desprende de la obra es realista. En el transcurso del filme, se ven posiciones idealistas, pesimistas, pero todo en su imaginación, porque al final, elige otra opción que nos indica que es realista. Ella contesta a la pregunta de «¿Qué vas a hacer ahora?: «No lo sé». (la cámara se queda parada, para dar más intensidad a la última escena),  Con lo que indica un realismo aplastante, y además, se da cuenta ella de que no vale la pena imaginarse un final, porque ya dirá la vida. Me ha parecido un gran final, y en definitiva, una gran película.

Equilibrando la parte formal, y la parte temática, obtenemos una buena película, a mi parecer, mejor de temática que de forma, pero de cualquier manera, buena.

Caminando entre las bestias

 Se trata de una serie documental en la que se muestra cómo aparecieron en el planeta los antecesores de los animales que hoy pueblan la tierra. La obra, de la BBC (cadena televisiva inglesa), está dirigida por los mismos autores de Caminando entre dinosaurios, y cuenta con la más sofisticada tecnología en tres dimensiones. Esta producción constituye un ejemplo de las maravillas que se pueden lograr con una buena animación por ordenador, si se pone al servicio de un buen guión.

El documental refleja cómo vivían los animales prehistóricos que dominaron la tierra, después de la desaparición de los dinosaurios. Es una serie compuesta por seis episodios, de media hora cada uno de ellos. Gracias a técnicas de animación en 3D, se ha logrado recrear, con verosimilitud, el complicado movimiento de animales poco conocidos y ya extinguidos: criaturas que parecen un híbrido entre ave, reptil y mamífero; pájaros de media tonelada de peso; felinos de afilados colmillos… Al mismo tiempo, se describe la flora, y las condiciones climáticas que reinaban en aquel momento en el planeta.

La tecnología es la misma que la utilizada en Caminando entre dinosaurios, pero los animadores tuvieron que realizar un trabajo más sofisticado, ya que es mucho menos complicado imitar la piel de los dinosaurios que la de estas especies cubiertas de pluma y pelo. Por cada segundo de emisión, fueron necesarias más de 22 horas de trabajo.

Mi episodio preferido es uno en el que se narran las vicisitudes de la vida cotidiana de una ballena asesina (bascilasaurus), de dieciocho metros (cuatro veces el tamaño del tiburón blanco). La acción se desarrolla en la última etapa del Leoceno, que constituye el inicio del caos. Un sinfín de cambios climáticos se avecinan, amenazando a los mamíferos, que dominan ahora el planeta. El desastre comienza en el mar: El Tetis, que ocupa medio mundo. Allí habita esta ballena, que necesita 80 kilos de comida al día. Son malos tiempos, y no es fácil conseguirla. Las zonas acostumbradas a la lluvia se encuentran en sequía. La bascilasaurus, por otra parte, está encinta.

Es impresionante la facilidad con la que esta ballena acaba con la vida de una tortuga, como si su caparazón fuese endeble. La bascilasaurus busca comida en los lugares más improbables; está desesperada. En este episodio aparecen otros exóticos y originales animales, como los apidium (especie de primates), o el mirafidium, que parece el antepasado del hipopótamo, pero que, en realidad, está emparentado con el elefante, y cuyo peso es de 200 kilos. También aparecen rebaños de brontocia (dos veces más grandes que los hipopótamos de hoy día, pero con un cerebro tres veces menor). El androsarcus está emparentado con la oveja y la cabra, pero tiene piel de lobo. Tiene un metro de mandíbulas, y es carroñero. Todos los animales que se muestran en este episodio, constituyen posibles presas de la bascilasaurus. Creo que es original la manera en que se van uniendo, en el capítulo, las diferentes especies. Es espectacular poder ver a desconocidos animales luchando por la supervivencia diaria, en un hábitat adverso y complejo.

Al final, la bascilasaurus se alimenta con las crías de doradón, unas ballenas más pequeñas, y, de esta manera, evita su muerte, y la del feto que lleva dentro. Es la ley del más fuerte. Por fin, nuestra ballena asesina consigue parir. Su cría ha sobrevivido. Pero esto es sólo el comienzo del caos: el final del Leoceno. Un 20% de los seres vivos morirán.

Las imágenes de la serie son de una calidad extraordinaria, gracias a las nuevas tecnologías utilizadas (3D); la música, muy acertada en todo momento, proporciona cercanía al espectador, ya que es tensa y viva cuando los animales luchan por su vida, y sueve, cuando han conseguido su presa. Las melodías utilizadas mejoran la calidad de la serie en alto grado. El off no resulta de ninguna manera monótono, y, como la música, hace que el espectador se meta de lleno en la acción que se narra.

Creo que esta serie documental es un ejemplo de exactitud, belleza y, a la vez, espectáculo, ya que entretiene sobremanera. La precisión científica con la que trata los hechos es asombrosa, espectacular; y hace que el espectador se meta de lleno en ese mundo prehistórico tan atractivo.

Por otra parte, es importante destacar que, antes de esta serie, era elevado el número de misterios que encerraba esta época y estos animales prehistóricos. Nunca, anteriormente, se había elaborado un documental sobre estos. Nadie pensaba en ellos. Y, al ver estos capítulos, el espectador se adentra en un mundo nuevo: algo impensable hoy día, cuando ya está todo inventado, cuando todos los temas han sido tocados. Ha sido, sin duda, un gran acierto.