Es, también, importante el hecho de que Flaherty (a quien se ha llamado, frecuentemente, «padre del documental») haya innovado, en el sentido de que optó por complicar la organización temática, algo que nunca antes se había realizado. Y es que los documentales de aquella época nos hablaban de simples viajes. Con Flaherty, viajamos a bellos y exóticos parajes, pero, además, emprendemos un viaje al corazón humano; un corazón que, seguramente, antes de conocerse el documental, se antojaba remoto: distante en el espacio y en el tiempo, pero que, tras verlo, se torna cercano y entrañable. Y, por ello, el espectador se siente identificado con Nanook, porque es, ante todo, un hombre.
Ciertos aspectos que me llaman la atención, son, por ejemplo, su primer encuentro con un gramófono y comida enlatada; Cuestiones que señalan lo exótico que resulta todo lo relacionado con Nanook. Es importante darse cuenta de la relevancia de este documental, ya que, por él, se conocieron aspectos culturales, que no eran conocidos antes de esta grabación. Para ellos, la riqueza no se encuentra en el dinero o en sus posesiones, en general; por el contrario, la verdadera riqueza para este tipo de gente (esquimales) constituye la cantidad y calidad de sus perros.
Como he dicho, trata de la vida cotidiana de un esquimal, pero, profundizando, nos cuenta mucho más: se pone de manifiesto el conflicto de un hombre, al tener que intentar sobrevivir en un ambiente adverso y horrendo. Se trata de un componente dramático de gran relevancia, otra de las grandes aportaciones de Flaherty al género documental.
Por supuesto, las imágenes que constituyen este trabajo son reales, y es de destacar el tremendo esfuerzo realizado por todo el equipo (desplazamiento de personal, de pesado instrumental…). En cuanto a los métodos de producción y realización, Flaherty emplea técnicas que no son propias de los documentales de la época, sino que lo eran de las películas de ciencia-ficción, por ejemplo, la descomposición de la imagen de cada secuencia; es decir, que el espectador pueda ver la acción desde diferentes ángulos. Él sitúa al personaje en el lugar más adecuado. Y decía que, en ocasiones, había que mentir, distorsionar algo, para capturar su verdadero espíritu. Así, creaba suspense, técnica dramática muy utilizada, posteriormente, por otros documentalistas.
El éxito de Nanook según Ellis, (un crítico), reside en el hecho de «poder ver a gente corriente en actividades de la vida cotidiana, actuando frente a la cámara como si ésta no estuviese allí». Esto no sólo convierte a Flaherty en un claro precursor del tratamiento que se le da de cotidiano, a los actuales documentales, sino que es claro precursor, además, del género audiovisual, psicodrama, al que pertenece, entre otros, Gran Hermano.